Quizá los que hayan pasado por la espera de un trasplante de un órgano vital o quienes sufran los dolores diarios del mal funcionamiento de alguno de sus órganos sean los que valoren antes la magnitud de este avance científico. El futuro de la medicina anuncia el fin de las listas de espera para recibir un trasplante, porque éstos ya no serán necesarios.
"Estamos creando órganos que se regeneran en base a los tejidos del propio paciente combinando el uso de células y factores de crecimiento que las estimulen utilizando métodos de la medicina regenerativa. En la cirugía del esófago los andamios de matriz extracelular nos han permitido restaurar partes del órgano de formas antes impensadas", explica Alejandro Nieponice, director del programa de cirugía del esófago de la Fundación Favaloro y docente del Instituto McGowan de la Universidad de Pittsburgh, donde se han creado hasta ahora esófagos y vejigas para decenas de pacientes.
Este proceso se puede dar in vitro (en el laboratorio) o in vivo (se implantan las células y regeneran el área dañada o envían las señales para que las células madre del propio organismo vayan a reparar).
¿Podemos pensar en un almacén de órganos? "Creo que más que un depósito tendremos una división de medicina regenerativa en cada centro de salud donde un grupo de especialistas de varias disciplinas trabaje en conjunto para regenerar órganos según las necesidades del paciente. Cuando empezamos a publicar los primeros experimentos prometedores en el área del esófago, me preguntaron cuánto tardaría en llegar a los pacientes y yo dije cinco años. Me equivoqué por uno, porque cuatro años más tarde el primer paciente en Pittsburgh se benefició de esa tecnología", dice Nieponice.
¿Se podrán generar corazones o hasta cerebros? "Por supuesto. Hay varios ensayos clínicos sobre esos órganos, muy alentadores en una etapa de inicio, pero de exhaustiva y prometedora investigación."
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